ADVIENTO: A LA ESPERA DEL SEÑOR
Llenémonos de esperanza en la venida del Salvador, pues la
batalla está ganada. Pero, como las vírgenes prudentes, tiene que encontrar
nuestras lámparas con aceite: el aceite de la penitencia y de la virtud. Hoy
más que nunca en la historia, la práctica de las virtudes morales y
sobrenaturales, especialmente de la pureza, es verdaderamente
contrarrevolucionaria. Con la ayuda de Dios es absolutamente posible vivirlas,
digan lo que digan Amoris Laetitias y otras cacofonías del
modernismo. Sepamos pues llenarnos del mismo gozo expectante de los
días anteriores a la Navidad, pues estamos cada vez más cerca de la Navidad
definitiva:
Quaere moerore consumeris? Quare innovávit te dolor? Salvábo
te; noli timére: ego enim sum Dóminus Deus tuus, Sanctus Israël, Redémptor
tuus.
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